Suena el despertador, el cuerpo como que noooo, pero!!! Así qué arriba, mientras bajas las escaleras un examen de lo que el día te depara, uhhh. El cuerpo perezoso remolonea y parece decirte: será mucho, te faltara tiempo, y para qué te complicas la vida. La verdad es que es un quejica ¡me duele, estoy cansado…! Sigue diciéndote en voz alta. Pero su adversario, el entusiasmo, replica "jo, hijo contigo no se puede hacer nada" Yo me asomo a la calle y veo como la noche va desapareciendo y dará paso al un sol que lo llenará todo con su luz. Así como el día sustituye a la noche, intento sustituir los lamentos del cuerpo por los consejo del entusiasmo; Éste me dijo con voz firme "Engaña a ese mentecato de tu cuerpo con un buen café, él sabrá como animarle. Siguiendo sus consejos le puse un café bien caliente, le lavé la cara y puse una nueva crema anti-arrugas, mientras le iba diciendo "Oye si todo es cuestión de organizarse", y mirándose al espejo, la vanidad hizo que el cuerpo un tanto arrogante dijese a la vez que se estiraba "Si el entusiasmo puede, yo también" Así los dos juntos comenzaron a aunar fuerzas y el día transcurrió con toda normalidad dentro de la anormalidad, sabiendo que cada día que suene ese despertador, amanece que no es poco!!!!!!
3 comentarios:
Sabes que desde que tuve una experiencia de enfermedad en mi familia, quiero la rutina del dia a dia porque como bien dices nunca sabes lo que este te va a deparar y mientras estemos con los quehaceres cotidianos, eso es bueno, desde entonces siempre he dicho.... VIVA LA RUTINA.
muy bueno, edentico momento mañanero jajaja
Ana, me pasa la mismo por las mañanas, que no puedo, que no llego, pero como tu bien dices el cafe hace milagros y podemos con lo que nos echen, que algunas veces no es poco¡¡.
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