Es una de las muchas
advocaciones (nombres)
de la Virgen María. Tuvo su origen en Tenerife, una de las islas Canarias.
Según la tradición, la Virgen se le apareció en 1392 a dos indios guanches que
pastoreaban su rebaño, quienes, al llegar a la boca de un barranco, notaron que
el ganado no avanzaba, como si algo impidiera seguir adelante. Para ver qué era
lo que pasaba, uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de una peña una
imagen de madera como de un metro de alto de una mujer. Traía una vela en la
mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho. El niño llevaba en sus
manos un pajarito de oro.
Los indios, como tenían prohibido hablar con mujeres que estuvieran solas, le
hicieron señas para que se apartara del camino. Como no les hacía caso, uno de
los indios tomó una piedra para lanzársela, pero el brazo se le paralizó. Su
compañero tomó la imagen e intentó romperla, pero en el intento, se cortó sus
propios dedos.
Los indios corrieron a avisar al rey, quien de inmediato fue con todos sus
guardias al lugar del acontecimiento. Tomaron la figura y la llevaron a la casa
del rey. Los encargados de llevársela fueron los pastores que la encontraron,
quienes al instante de tomarla en sus manos, quedan curados del brazo uno y de
los dedos, el otro. Ante este milagro, el rey ordenó que todo el pueblo honrara
a aquella figura de mujer, a quien le llamaron “La Extranjera”.
Cuando la gente se acercaba a Ella, se oían armonías celestiales, se percibían
aromas exquisitos y la imagen despedía una luz resplandeciente. Infundía en las
personas temor y respeto, pero ellos no sabían a quién representaba.
Años después, los españoles conquistaron la isla de Lanzarote y soñaban con
conquistar la isla de Tenerife.
En uno de sus intentos de conquista, apresaron a un niño guanche y lo llevaron
a Lanzarote. Ahí lo bautizaron con el nombre de Antón, lo catequizaron y un
tiempo después, lo llevaron de regreso a su isla natal de Tenerife.
Antón fue a la casa del rey a contarle todo lo que le había sucedido y el rey
le dio permiso de ver a La Extranjera.
Cuando Antón la vio, se puso de rodillas y les dijo a todos que hicieran lo
mismo. Les explicó que aquella Señora, era la representación de la Virgen María
cuando llevaba a Jesús a presentar al templo. Le explicó que la Virgen María
era la Madre del Dios y de todos los hombres y que era una gran suerte tener
ese gran tesoro.
Antón le pidió al Rey permiso para buscar un lugar en el que todos la pudieran
venerar. El Rey accedió y llevaron la imagen a la cueva de Achbinico, un templo
subterráneo, que parecía una Iglesia natural. Antón cuidó por un tiempo de la
Basílica. Alrededor de 1530, encargaron el Santuario a los padres dominicos que
se les conocía como “Los frailes de la Virgen”.
En noviembre de 1826, una tormenta terrible azotó a la isla de Tenerife,
llegando al Santuario de la Virgen y las aguas se llevaron la Imagen. Se hizo
todo por tratar de recuperarla, pero no fue posible encontrarla. Los padres
dominicos acordaron mandar a hacer una imagen nueva. Así lo hicieron y en la
festividad del día 2 de Febrero de 1830, bendijeron la nueva imagen de Nuestra
Señora de la Candelaria.
Desde el año 1599 se nombró a la Virgen de la Candelaria patrona de todo el
archipiélago canario. Su devoción se ha extendido por la península y por toda
Hispanoamérica, principalmente por Venezuela.
Sus milagros y favores son constantes. Cada año acuden a visitarla miles de
personas de todas clases sociales para darle gracias y pedirle beneficios.
Le cantan:
Muchas flores la fortuna
Regaló a las Canarias;
Pero como Tú ninguna.
Virgen de la Candelaria.
Virgen de Candelaria,
la más bonita, la más morena,
la que extiende su manto
desde la cumbre hasta la arena
2 comentarios:
Precioso, no lo conocía, si bien sé que es la patrona de Tenerife, ya que por suerte el año que fuí de vacaciones, había una romería desde LA LAGUNA al santuario y para mí y mi familia es un día especial, el santo de mi marido y de sus dos primos por parte paterna,Saludos
muy curioso niña.
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