“La fe ha de ser conocida, celebrada, vivida y hecha oración”
Así Baños de la Encina reza cantando
Las Siete Palabras
Después de haber acompañado a Cristo en los momentos más significativos de su pasión, desde la negociación de Judas que se nos rememora en la primera parte del prendimiento, la confortación del ángel, el propio prendimiento, el recorrido por los tribunales humanos dictándole la sentencia, y la estación de penitencia con la cruz a cuestas hasta el monte Calvario, llega el momento cumbre, el último mensaje de Cristo a través de las siete palabras desde la cruz y…..la muerte.
A las cinco de la tarde, a continuación de los oficios de
Viernes Santo, tiene lugar el Sermónde las Siete Palabras y el desenclavamiento. El sacerdote va
realizando una introducción al mensaje que encierra cada una de las palabras,
cumplimentándose con una saeta alusiva, que los saeteros van lanzando desde la balconada de la
Iglesia de San Mateo.
La saeta flamenca en cualquiera de sus modalidades, marca el
estilo, predominando los martinetes y carceleras, quizás, tratando de establecer la
continuidad de nuestro querido Antonio Céspedes, que fue el primero y el que más años las
cató por estos estilos, personalizados con su gran arte de decir la saeta.
El origen de Las Siete Palabras y El Desenclavamiento, data
de los años cuarenta, siendo párroco de Baños D. Manuel Alvarez Tendero, gran amante de
nuestra Semana Santa (posible autor de las letras de estos cantes) que llegaba
hasta el corazón de los bañuscos con sus emotivos sermones.
Quizás el nacimiento de este acto, trataba de compensar
viejas tradiciones que quedaron en el camino en los años treinta, como el Sermón del Mandato
en la tarde del Jueves Santo ó El Sermón del Paso.
Después de las siete palabras se realiza el
desenclavamiento, en el que Cristo es bajado de
la cruz por los hermanos de la cofradía. Cristo yacente es
llevado en una sábana blanca hasta el sepulcro atravesando el pasillo central de la
iglesia, entre el pueblo que lo admira emocionado, este acto se acompaña con la saeta del
desprendimiento.
Alfonso
Espinosa Montes
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