¿Ama, reina o esclava?
Ayer deambulaba de un lado a otro de la casa casi pidiendo
perdón, sí “perdón” a LA CASA,
en si, todo es la casa, todos somos
la casa y cada mueble o baldosa sabes que es tuya, que eres su dueña, ¡qué
suerte ser el ama de todo! Subes a la
cumbre, hasta el último peldaño ¡de la escalera! Para rebuscar por encima de
los muebles y la pelusilla te saluda abrazada
a su coronilla o al cristal de una bombilla y pides perdón, y llegas
hasta las ensombrecidas copas, sí esas
que nunca usas y a esos libros que pides disculpas por no tener tiempo de leer porque en la noches ya no responde la
mente y deserta la visión. Intentando justificar tu deslealtad acaricias una y otra vez el brazo del sillón con el cepillo de la ropa
y sigues en esta mañana en la que has decidido ser la reina del lustre.
Mientras los cuadros y retratos te saludan. Te envuelve la fragancia a
amoniaco y legia, eres tu Jefa. Con
bastante ironía, vas diciendo “De veras soy el ama de la CASA, o ella en mi
dueña” Y luchas por ser mas tú y menos su servidora. Y sigues recogiendo esto,
colocando aquello y pides perdón
nuevamente ante una pared que parece que acumula polvo en el “gotelé”,
ante la luz tenue… de una lámpara etc.
etc. etc.
Pero los años pasaron y con la crianza terminada piensas que
es el momento, tu momento para hacer más. Ay más, y sigues arrancando tiempo al
tiempo, para hacer más, para ser lo que en otra época no hubo oportunidad de
hacer. Y llega la noche y falto tiempo para tantas
cosas, pero dices mañana y mañana con más ímpetu retomas aquello que no tocaste el día anterior.
No me siento esclava, tampoco reina, pero sí ama
Ama:
De mi tiempo,
de esas inseparables
motas de polvo que llega no sabes de dónde
de esa montaña de
ropa siempre fiel a mí persona, ella jamás me planta, siempre espera abandonándose a mis manos.
Orgullosa LA CASA cuando le lavas la cara, relumbra y dice aquí estoy; pavoneándole de ser joven y gallarda. Entonces
los colores en mi rostro, los tacones y sin saber cómo fluye de dentro una energía
que te dice ¡a la calle! Reuniones,
clases, asociaciones para todo le robas tiempo al tiempo.
Bueno tengo que dejaros que hoy trabajamos fuera, y el reloj
no se detiene ni un instante y el tiempo me roba tiempo.
1 comentario:
Amas de qué, amas de nada aún nos queda muchos años luz sobre todo a las de nuestra edad...Los varones para trabajar fuera, estudiar, las hembras para la casa y así seguimos por más que queramos implantar las nuevas costumbres, hemos ganado con esto de salir fuera de casa a trabajar, pero a costa de hacer doble trabajo ya que luego nos esperan la tares del hogar, aún así somos felices ¿o nó ? Saludos
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