Concédenos, por favor, Señora, que nosotros, tus siervos,
gocemos de continua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la
bienaventurada siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida
presente y disfrutemos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
Ntra. Sra. de la Encina
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