Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. y cuando te hable, levántate y ve donde el corazón te lleve.
Este es el final del libro de Susana Tamaro. Lo copié y guardé como muchas otras cosas que leo. Me pareció un buen consejo para un momento concreto.
1 comentario:
Muchas veces no tenemos la suficiente valentia de irnos donde el corazon nos lleve.
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