Un dolor que duele. Intentar imaginar el dolor ajeno ya nos aturde sin
llegar tan siquiera a aproximarnos al legitimo sufrir. Como esposa me lastima
imaginar, como madre un espino en el alma, una cruz que me aplasta, silencio.
Amar sin amor, ¿cómo? Vivir sin vivir si me mutilan ¿cómo? No es comprensible ni imaginable. Sólo decir que sigo
imaginando sin imaginar y siento un dolor que duele.
2 comentarios:
Cuánta razón tienes Ana, a ninguna madre le gustaria estar en su piel, pero como madre, me auno en su dolor y que Dios le de fuerzas para sobrellevarlo.
Ana que pena de esos padres y toda su familia ahora notienen consuelo pero nonos lovidemos de esos 2 hijos tan pequeñitos y ya sin un padre que los guie y sin un padre que les de el amor que van a necesitar y los consejos que solo un padre sabedar y tantas y tantas cosas que no hay palabras solo pedirle a DIOS que les den fuerzas para sobrellevar esta cruz un saludo
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