Ensimismada apreté el botón rojo,
sé que tarda un buen rato en calentar, mis manos mueven de aquí para allá un género
azul, sumiso y seductor se deja acariciar. Intento imaginarte con él entre las manos y siento el arrastre de una lágrima, un sollozo contenido. Sin conocerte, tus interiores, tu alma, me fue detallada por
quien te amaba tanto, tanto, qué ni un
solo día de su vida dejó de mencionarte describiendo tus cosas, tu disposición
para todo y para todos. Un clic avisa con color verde, podemos comenzar. Una abundancia
de vapor comienza a deslizarle de un lado a otro y tú estás a mi lado y dejo
que tus manos sean las mías, aprendí a amarte y siento que somos una en ese
momento. Tanto tiempo en el olvido, siempre supe que alguna vez aparecería esta
prenda; el color azul llena mi alma y supongo una plancha antigua sobre la tela y
otra de repuesto calentándose para que sea más ligera la tarea, te siento sin
prisa y afanosa preparando la bandera para vuestro Santo amado, ay ese marido
que la bailará, cuanto amor pone en ello, sus banderas, porque él las presume y
como a una novia las baila en adoración al Señor porque el apóstol siempre está
junto a su Señor. Ensimismada pasa una y
otra vez la moderna plancha por donde en otro tiempo tú pesada plancha lo
hacía, era el pasado y el presente, pero con cierta pena pensé que vosotros no estaréis
¿O sí? Seguro que siempre el abuelo va junto a la Imagen de San Mateo. El amor que le profesabais
vuestra hija lo trascendió en mí, sus
relatos eran fantásticos y su narrativa hacía que os imaginara a los dos, os he amado siempre sin conoceros. Parezco
tonta ¡no que estoy llorando! mis manos
siguen y siguen o las tuyas no lo sé, no sé cuánto tiempo hemos tardado, perdí un poco la noción, pero
con las nuevas tecnologías quedó bastante
bien. Siento que el presente vuelve y vuelvo a mis tareas a las cosas pequeñas,
a esas que hacen que todo sea normal las
tareas de la madres son tan invisibles pero a la vez tan especiales.. . Gracias a quien pensó en mí para esta sencilla
tarea, cavilando que sería agradable
para mí. Lo ha sido, porque dos mujeres hemos sido por unos minutos una sola.
Te quiero abuela
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