martes, 31 de enero de 2012

Tinieblas y Luz

 Peliagudo  es batallarte, con mil nombres y sin rostro. Ciega e ingrata, impasible, cruelmente  mutilas sin piedad, desgarras el alma de tus lisiados. Maldito tu aliento y maldita tú. Inventario sin orden ó criterio alguno. No te amo, tampoco temo; Siempre en  vigilante  acecho llegas de puntillas, sin aviso y con paso firme. Aquí estaré, sentiré tu escarcha y  paralizada seguiré tu senda. Pero tuya no es la victoria, solo serás azabache camino. Separaré tu mano, olvidaré  tu inexistente rostro para dar un paso más sin ti.

Él extenderá sus brazos y mostrará su rostro.


 Luz de mis sombras, solo tú encenderás la antorcha. Él enjugará toda lágrima, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas habrán pasado


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