martes, 25 de noviembre de 2025

25 de Noviembre conmemoramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres en Baños de la Encina


Hoy Baños de la Encina se viste de morado para conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
.
La Concejalía de Igualdad ha organizado la marcha que, como cada año, ha partido desde la Ermita de Jesús del Llano hasta la Plaza de la Constitución.

En esta caminata simbólica hemos participado todas y todos:

  • CEIP Nuestro Padre Jesús del Llano

  • IES Bury Al-Hamma

  • Centro de Educación de Personas Adultas “Tamujoso”

  • Asociación de Mujeres La Llaná

  • Concejales, Vecinas y vecinos del municipio

Hoy caminamos en protesta contra cualquier forma de violencia machista y en apoyo a todas las víctimas que la han sufrido o la sufren. Caminamos para alzar la voz por quienes ya no pueden hacerlo, para acompañar a quienes luchan por salir adelante y para educar a las nuevas generaciones en igualdad, respeto y libertad.

El Ayuntamiento de Baños de la Encina luce desde su balcón una gran pancarta morada, como símbolo del compromiso firme de toda la corporación municipal en la defensa de los derechos de las mujeres y en la lucha contra esta violencia que nunca debe tener cabida en nuestra sociedad.

Para mí está muy claro: toda violencia es denunciable. Ya sea física, mental o digital, la respuesta siempre debe ser un NO rotundo.

A veces hay confusión. Algunas mujeres, queriendo proteger a sus hijos varones, no quieren participar en estas marchas. Pero este día no va contra los hombres. Va contra la violencia que viven muchas mujeres, la que han sufrido, la que sufren hoy y la que sufrirán si no cambiamos.

Cuando una mujer sufre violencia, también sufren sus hijos, aunque se piense lo contrario.

Por eso digo con firmeza:
No a la violencia.
No al silencio.
No al miedo.

Solo así podremos avanzar hacia un mundo más justo y seguro para todas y todos.

25 de Noviembre conmemoramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres 


La Concejal de Igualdad María José Lara
Porque si tocan a una, nos tocan a todas y a todos.

Baños de la Encina dice ¡Basta ya! y reafirma su compromiso por un municipio libre de violencia contra las mujeres. 

Concejales socialistas e IU


Tipos de violencia que debemos reconocer y rechazar

La violencia puede aparecer de muchas formas, y todas son igual de dañinas. Es importante conocerlas para poder identificarlas y denunciarlas.

  • Violencia física: golpes, empujones o cualquier daño al cuerpo.

  • Violencia psicológica o emocional: insultos, humillaciones, amenazas, control o manipulación.

  • Violencia sexual: obligar o presionar a realizar actos sexuales sin consentimiento.

  • Violencia económica: controlar el dinero, impedir trabajar o hacer que una persona dependa totalmente de otra.

  • Violencia digital: acoso, control o amenazas a través del móvil, redes sociales o internet.

  • Violencia social: aislar a una persona de su familia, amistades o entorno.

Reconocer estos tipos de violencia es el primer paso para combatirlos.
De nuevo retomo los estudios, y María Teresa y Antonio aparecen en mis propias cosas profesores del 
  • Centro de Educación de Personas Adultas “Tamujoso”



Decimos alto y claro: NO a la violencia, en ninguna de sus formas.



Las fotos me las han cedido, gracias





lunes, 24 de noviembre de 2025

25 Noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: El día en que ya no sentí miedo

 25N: El día en que ya no sentí miedo


Recuerdo que no te gustaba que hablase con Ana. Decías que tenía una manera de ver la vida demasiado libre, ligera de cascos. Nunca entendí por qué no te gustaba, y menos lo de los cascos, si ni siquiera le gustaba usar sujetador. Ella decía que ese invento tendría que haber sido para otras partes masculinas, y luego soltaba una carcajada. En verdad, yo envidiaba cómo se reía, a carcajadas. Era feliz. Siempre se la veía feliz.

 

“La mujer que ríe así es una fresca”, decías. Pero yo la envidiaba, incluso soñaba que era ella.

 

Tampoco te gustaba mi hermana. Si no, la habrías elegido a ella y no a mí. Está demasiado buenorra, y el hombre que dé con ella… menuda cornamenta. Y no es que yo me fije en ella, ¿eh?

“Yo te prefiero a ti cuidando a nuestros hijos. Eres lo que tienes que ser: una mujer pa’ un pobre.”

Eso tampoco lo entiendo bien. Y tampoco pregunto.

 

Sabes, prefiero no enfadarte y darte la razón. Después de todo, es lo mejor. Sabes que de política no entiendo, ni de fútbol. Bueno, la verdad es que no entiendo de mucho, pero preferiría que no me lo recordases tanto. Ya lo sé: que no sé.

 

Hoy te enfadé de nuevo. Piensas que ya no te quiero y que amo a no sé quién. No sé ni cómo piensas eso, si con nadie me relaciono y tú lo sabes. Pero no es eso: la nena tiene pesadillas, va fatal en el cole. Me llamó la profe, dice que la nota rara, distraída. Por eso voy a tutorías. No pienses cosas raras. Con lo que yo te quiero… ¿cómo puedes pensar esas cosas?

 

Pero, ¿sabes? Hoy no siento miedo. No sé cómo lo conseguiste, pero después de que me abrazases tan fuerte, tan fuerte que parecía ahogarme, lo veo todo como de lejos. Estoy bien. Me siento bien, como si no me doliese nada, como si no tuviera cuerpo. Qué curioso, ¿verdad? Te veo en el sillón y no me preocupa lo que pienses. Estoy bien.

Y ahora… ya no siento miedo.

domingo, 23 de noviembre de 2025

Baños de la Encina “El feminismo se viste de flamenco”. En conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género

 Baños de la Encina. La Concejalía de Igualdad, de la mano de María José Lara, apuesta con fuerza por el flamenco como herramienta de sensibilización, el 22 de noviembre el Auditorio Municipal vibra con “El feminismo se viste de flamenco”. En conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género

Asociación Cultural Flamenca: Peña Flamenca "Antonio Laruta". llena el escenario de emoción
El arte se convierte en voz contra la violencia de género y en un homenaje a la igualdad, mostrando cómo el flamenco también evoluciona para reivindicar derechos y libertad.
Hoy más que nunca siento cómo la cultura puede transformar, sensibilizar y acompañarnos en la lucha por una sociedad más justa.

Video de Faustino Céspedes y su poemahttps://youtube.com/shorts/ld1_iAQw0YE?feature=share



Anabel Zamora Álvarez, junto a su hermana Agustina Zamora Álvarez, acompañadas al toque Juan José Gutiérrez "El Calao" .
El arte se convierte en voz contra la violencia de género y en un homenaje a la igualdad, mostrando cómo el flamenco también evoluciona para reivindicar derechos y libertad.



La Asociación Cultural Flamenca: Peña Flamenca "Antonio Laruta". llena el escenario de emoción con la voz de Agustina Zamora Álvarez, acompañada al toque Juan José Gutiérrez "El Calao"

En Baños de la Encina, el Auditorio Municipal fue la mejor manifestación que he vivido. Fue una reivindicación de paz y armonía, una iniciativa fantástica por parte de la Concejalía de Igualdad. Yo lo viví con emoción, con el corazón abierto.

Si soy feminista, lo soy de verdad; no a medias. Porque no se puede decir que se quiere justicia e igualdad si no se defiende desde lo más propio, desde cada acción, cada palabra y cada gesto. Así es como quiero manifestarlo: con claridad y sin miedo, porque el flamenco, la música, la cultura y la vida misma nos enseñan que luchar por la igualdad es un acto de amor y de respeto hacia todas las personas.

Fue un momento que me hizo sentir parte de algo más grande, de una comunidad que cree en la justicia, en el respeto y en la libertad de vivir sin violencia.

Juan José Gutiérrez “El Calao”: guitarra y corazón en la Peña Antonio Laruta

Juan José Gutiérrez, “El Calao”, nació en Linares en 1981 y desde joven se dejó llevar por la guitarra flamenca, formándose con grandes maestros de Jaén y Córdoba. Su talento lo ha llevado a acompañar a numerosos cantaores y bailaores en concursos, festivales y ciclos de flamenco.

Pero lo que realmente lo define es su amor y compromiso con la Peña Flamenca Antonio Laruta de Baños de la Encina. Allí ha dejado su sello en recitales y en el Festival Cal y Cante, acompañando con pasión a artistas locales y poniendo la guitarra al servicio de la cultura y la tradición de su pueblo. Para “El Calao”, tocar en la Peña no es solo un concierto: es una forma de mantener viva la esencia del flamenco en su tierra.


La Peña Flamenca Antonio Laruta

La Peña Flamenca Antonio Laruta es un lugar muy especial en Baños de la Encina, donde el flamenco se vive y se comparte con todos. Forma parte del Circuito Andaluz de Peñas Flamencas, lo que permite que nuestro pueblo esté conectado con otros lugares y que artistas increíbles puedan venir a tocar aquí.

Su nombre viene de Antonio Céspedes, “Laruta”, alguien muy querido en la historia del flamenco local. La peña organiza conciertos, talleres y su famoso festival “Cal y Cante”, que se ha convertido en una cita imprescindible para los amantes del flamenco.

https://youtube.com/shorts/ld1_iAQw0YE?si=Mf3bBsYUPeBOwrVx

viernes, 21 de noviembre de 2025

Devorada por Saturno

 


Saturno devora a sus hijos porque teme que le arrebaten el poder. Esta pintura me impacta profundamente.

Nunca es tarde: vuelven las letras, vuelve el aprendizaje que un día ignoré.
Sin entender de pintura, mis ojos se clavan en el lienzo y mi mente analiza el cuadro, el poder, ese deseo de no perder jamás el control absoluto.

Y yo, hija de Saturno, me siento devorada.
Es una sensación extraña, pero fiel, si necesito una imagen que lo defina.

Sin embargo, renacer es mi meta. Ser libre y volver a empezar.
Te contaré mis cosas, ahora que vuelves a mi vida después del olvido,
y caminaremos juntos mientras acomodo, por fin, mis propias cosas.


domingo, 16 de noviembre de 2025

Más allá del miedo: cuando un relato no gana y vuelve a casa, a mis propias cosas en Baños de la Encina

 

MÁS ALLA´DEL MIEDO

“A veces las historias no ganan concursos, pero sí encuentran un hogar. Este relato vuelve a mí para ser publicado aquí, donde realmente pertenece.”



Casi vivíamos en la calle. Juanita, con ayuda de María Angustias, liaba con pesadumbre la larga soga que aún quedaba sobre el suelo quebrado. No era nada fácil conseguir la soga, pero Victorio, el padre de Juanita, era un buen hombre y le hizo un buen regalo para nuestros juegos; ella la guardaba, pero era de todas, o eso entendíamos nosotras, en la bolsa escritos nuestros nombres: Juanita, Anita, Mari y María Angustias. ¡No todas tenían semejante comba! Yo había conseguido aguantar más que ninguna el duble —ese cambio de velocidad y ritmo que hace tan atractivo el juego—. Yo saltaba el volteo de la soga más deprisa que las otras mientras las demás contaban: uno, dos… Llegué a cincuenta. Era como ganar el trofeo de los chicos jugando al fútbol; nunca hubo corona de laurel para esta competición de chicas, una larga cola donde todas saltábamos con destreza y rapidez, solo aquella onza de chocolate con la Virgen de la Cabeza en el centro, que mordíamos con cierta lástima, colocada sobre un pedazo de pan. Era nuestra merienda habitual, la que proporcionaba a nuestros pies impulsos inimaginables. Pedrín era el amor secreto de todas nosotras. Un secreto compartido, íbamos las cuatro juntas donde él estuviese solo por mirarlo; él solía observar a veces con entusiasmo nuestro juego. Creo que siempre se quedó con las ganas de saltar, pero claro, como era cosa de chicas, solo lo decían sus ojos. En alguna ocasión, Pedrín y algún que otro chico sí que dieron la comba, pero los chicos eran muy brutos e intencionadamente daban tan fuerza y violencia a la soga que nos producía unos verdugones de espanto en las piernas, por eso el rechazo a que los chicos jugaran con nosotras, sobre todo los dubles. Siempre jugábamos en la esquina junto al letrero de la pared, que ya sabíamos leer: Calle Amargura. Como mucho, bajábamos a la calle de abajo, pero aquella mujer de moño y pelo blanco salía a protestar por nuestros gritos en los juegos. La recuerdo sin nombre, fría y malhumorada, resurgía como de la nada, encorvada, vestida de negro y gritando que nos marchásemos de allí; de esa casa nunca salía nadie más, aunque alguna vez, de puntillas, miramos por la ventana por ver si tenía compañía. Siempre estaba sola. Calle Amargura. Estaba acostumbrada a leer aquel letrero todos los días, aunque no comprendía muy bien su significado por mucho que lo leyera o dijera en voz alta.

Aquella tarde de juegos había sido más larga de lo acostumbrado. Comencé a sentir frío. Era aviso de que era la hora de volver. Agonizaba la tarde y, sin reloj alguno, sabía y asumía con desgana el  regreso a casa. El trayecto era corto, solo tenía que subir la calle y torcer la esquina; tardaría unos minutos. La ropa estaba como mojada por una fina mollina que apenas noté al principio, pero que poco a poco se fue intensificando. El húmedo viento calaba los huesos, penetraba muy dentro, la escasa y desgastada ropa de abrigo no alcanzaba a amedrentar al impasible invierno, las gastadas ropas, heredadas de unos hermanos a otros, más que tela parecían papel. Mientras caminaba a buen paso, sentía el roce de mi pelo recogido, eso creía, en una cola de caballo; ésta iba de un lado a otro como el péndulo de un reloj. Las trenzas de María, que me acompañaba junto a las otras, casi volaban y su cuerpo apenas se sostenía. María Angustias y Juanita ya habían desaparecido. ¿Qué estaba pasando? Algo me sujetaba y no me dejaba avanzar en mi huida; la intranquilidad me invadió. Cuanto más corría en medio de la penumbra mejor distinguía paredes y tejas, que parecían bailar y avanzar a mi par. Era como si fuésemos una sola cosa; cuanto más corría yo, más deprisa, ellas. No quería mirar hacia arriba e intentaba solo mirar el suelo. Faltaba poco para llegar. Apenas a unos pasos de la puerta, sentí un crujido, como si se abriera un hueco, no sé si en el suelo o en el cielo. Antes de mirar al suelo, percibí un hedor insoportable procedente de algo invisible, pero real, algo intentaba abrazarme o engullirme. Deseaba escurrirme, escapar, deshacerme de aquella textura viscosa. El tiempo parecía haberse detenido o, quizás, si avanzaba era sin sentido ni orden alguno.

Como a cámara lenta, conseguí entrar en casa y librarme de esa sensación. Ya nada era igual, todo era de una lentitud abrumadora que no entendía. Un grito ahogado en lágrimas apenas salía de mi garganta: ¡mamá! —mascullé— Unos cálidos brazos se deslizaron sobre mi cuerpo rodeándolo; eran cálidos y un agradable olor me envolvió. Por fin me sentía a salvo. El miedo desaparecía. Quería explicar con la mirada lo ocurrido: que, mientras corría, había advertido una presencia sin forma, sin rostro, solo unas largas manos ennegrecidas que se alargaban por encima de mí e intentaban atraparme. Mi boca, incapaz de pronunciar un grito, una palabra; mi cuerpo, impotente, casi paralizado, sin un movimiento, sin un gesto, inmóvil. Volví de nuevo a la calle buscando no sabía qué, Perdida la noción de la realidad, me sentía confusa, atrapada por el pánico. ¿Por qué estaba todo tan oscuro? Los negros ojos de María me miraban llenos de angustia y confusión. Las dos, apretadas una contra la otra, compartíamos el tacto, la presencia de aquello que nos enclaustraba en su aspereza y pestilencia. Éramos como dos sacos empapados y nauseabundos en medio de la cerrada oscuridad. ¿Qué era aquello? Debimos quedarnos dormidas por aquel amargo brebaje que nos acercaron a la boca. Por la cuadrícula del envoltorio que nos cubría, una penetrante luz nos trasladó a un lugar extraño; hacía mucho, mucho frío. Era un lugar habitado por solo niñas, innumerables, incontables niñas y separadas en grupos, rubias, morenas, pelirrojas… Algo recorría mi cuerpo; no sé qué era, daba tanto asco…, yo quería gritar, pero no tenía voz, no, no quiero ni puedo recordar más, ¿quién podría creerme? Pero, no, recordar es revivir. No. Sé que pasó tiempo, no sé cuánto, apenas podía recordar la sensación de libertad y nuestros juegos. Aquel lugar era sombrío, todo se percibía en blanco y negro, no había colores. A partir de aquel suceso aquellas manos negras solo aparecían cuando la noche llegaba, noche tras noche.

Saltábamos a la comba y la tarde daba para un buen rato. Al pasar mi madre, me recordó con insistencia la misma advertencia: "Cuando se oculte el sol y llegue la noche, debes correr a casa porque los Embargos vienen por los tejados y te pueden llevar en su saco. Son feos y tienen las manos muy largas. Tú corre, corre y no mires a los tejados, solo corre". Aquella advertencia era habitual en todas las madres; si todas nos repetían lo mismo, es porque era verdad, no me cabía duda alguna. Los últimos minutos de juego ya no eran disfrutados con tanta intensidad porque se iba a hacer de noche, y el pánico, un día más, se apoderaría de nosotras. No sé si merecía la pena o no aprovechar tanto la tarde. Cuando saltaba, miraba al cielo y decía: un ratito más. Pero todo volvía a repetirse como rebobinando una película.

Suena el despertador, empapada en sudor frío, de nuevo comprendo que todo lo vivido es un mal sueño, una pesadilla, nada es real. El mismo sueño vuelve una noche tras otra. Atrapada entre ensueño y realidad, escucho la voz de mi madre: "Vamos, vamos", mi madre mete prisa porque se hace tarde para la escuela. La cobija de la cama está en el suelo, el tigre grafiado en la manta casi me mira con sus dientes afilados, y mi madre la recoge murmurando: “¡Cómo no se va a resfriar si pasa toda la noche destapada¡". Ella tiene prisa, vende en el mercado la hortaliza que da nuestra huerta y no se puede esperar a que yo me vista, sale corriendo mientras insiste: "Cámbiate la camiseta, que esos puños están negros en vez de blancos, y las braguitas".

Nunca me fue fácil, el ponerme la camiseta me ahoga y siempre lo de atrás me cae delante. Por más que lo intento, las mangas llegan casi al codo por mucho que estiro, pero eso es bueno, dice ella, es porque he crecido. Lo de las braguitas es aún más difícil; los dos pies entran por el mismo hueco y lo tengo que hacer varias veces. Algunas veces voy incómoda todo el día. El uniforme y los zapatos colegiales y una va perfecta, “¿Qué sabe nadie lo que va dentro?” —suele decirme—, eso ya lo dice con un tono de voz más apenado. Mi madre no miente nunca, nunca se queja y siempre sonríe para darme aliento. Y saldremos una vez más del colegio y nos quitaremos el uniforme de las monjas, y los zapatos colegiales, solo para el colegio, que en la calle se rompen. "Cuesta mucho dinero, hija, y luego no podemos". Me los quito siempre de prisa, con premura, y si veo un roce en el zapato le doy con el dedo y el betún marrón para que mi madre no se preocupe y los vea nuevos. Volveré a ponerme los zapatos más viejos y los desgastados leotardos zurcidos con primor en las rodillas y de los que apenas se nota el arreglo.

Por fin volveremos a ser libres todas juntas con nuestros juegos. La calle es el mejor lugar del mundo. Podremos crear brillantes de colores rompiendo con una piedra las botellas que encontramos en la cantera, una lata llena de cada color, transparentes, ámbar, son bonitos los verdes esmeraldas, somos ricas. Ya entrada la tarde, volveremos a la soga, a la comba, todo volverá a su curso, a su rutina. Solo cambiará la hora de ocultarse el sol, y los juegos se alargarán más o menos. Cuando anochezca, volveremos a mirar a los tejados y correremos al refugio del hogar.

Hoy escribo un cuento o relato corto. No, yo no soy escritora y al intentar escribir algo no logro ideas claras con mucho sentido, porque todo se mezcla hacia detrás y adelante. Vuelve con el mismo ímpetu la inquietud que sentía por entonces. Era la única arma con la que nuestras madres nos podían proteger: el miedo. ¿Pensar que todo era un invento? Cuanto ellas te decían, hoy cobra contexto y te hace pensar. Eran adivinas del tiempo, o eran miedos establecidos de una generación a otra. "Ten cuidado, no te pongan algo en el vaso", y ahora ves en los datos que puede pasar, no era una mentira, no era un invento su consejo "no vayas sola". Esos hombres del saco y embargos existen, y son tan reales, aparentemente normales. Las chicas siguen perseguidas por Embargos de manos ennegrecidas. Existen y muchas chicas no pueden volver a casa, aquellas que jamás son encontradas. ¿Dónde van? ¿Qué sucede? La historia no cambia, y vuelve ese sueño cada noche. Y yo sigo corriendo.


Participante del LI Concurso Internacional de Cuentos Puente Zuazo convocatoria 2025

Este relato no ganó el concurso, pero tampoco se rindió. Así que se mudó a mi blog para vivir su mejor vida


A veces los relatos caminan solos hacia los concursos como si buscaran una........... aprobación que, en el fondo, no necesitan. Compiten, esperan, se miden con otros. Y luego vuelven, sin premio, pero no derrotados. Regreso diferente, más mío, más sincero.
Quizá porque las historias no nacen para ganar, sino para encontrar su lugar. Y el mío, mi voz, mi rincón está aquí, entre mis propias cosas, en Baños de la Encina uno de los pueblos mas bonitos de España.
Al final, lo que no reconocen los jurados lo reconoce el corazón: que escribir es vencer el miedo.


sábado, 15 de noviembre de 2025

Baños de la Encina recibe un taller de teatro por iniciativa de la Concejalía de Igualdad y con apoyo de la Diputación de Jaén


 

Una experiencia teatral que deja huella

Estos días he participado en un Taller de Teatro en Baños de la Encina y ha sido una experiencia muy especial. A través de diferentes dinámicas, hemos trabajado la reflexión personal, la expresión y la creatividad, tocando también temas como la igualdad y el papel de la mujer, com centro de la actividad.

El taller estuvo guiado por Pedro Lendínez, que supo acompañarnos con mucha sensibilidad y profesionalidad, creando un ambiente cercano y cómodo para todo el grupo.

Quiero dar las gracias a todas las personas que participaron, porque entre todas conseguimos que estos encuentros se convirtieran en algo enriquecedor y muy humano.

Sin duda, ha sido una actividad que me llevo conmigo, por lo que aporta y por lo bien que se comparte.


Pedro Lendínez: presentación

Pedro Lendínez es guionista y dramaturgo, con trabajos en proyectos como Campeones 2 y experiencia reciente como script supervisor en Todo lo que nunca fuimos. Dirige la productora La Patinadora Films y trabaja como productor ejecutivo independiente.

Ha creado y dirigido el Festival Nacional de Cine de Sorihuela del Guadalimar y cuenta con más de veinte años de trayectoria como actor, director de escena, coach actoral y productor en teatro y cine.

Su visita ha sido un verdadero lujo. Hemos aprendido mucho de su experiencia y de la manera cercana y clara con la que comparte su trabajo.

Mi agradecimiento a Pedro Lendínez por su dedicación y a María José Lara, concejala de Igualdad, por acercarnos a la cultura y al teatro.
Gracias también al Ayuntamiento y a la Diputación de Jaén por hacer posible esta iniciativa.




Un instante de creatividad y expresión en el escenario


Las imágenes que comparto no buscan ser solo un registro literal del taller, sino reflejar cómo lo viví y sentí. Son un poco abstractas, porque en ese espacio teatral solo existíamos nosotros y el momento: un mundo en el que todo se centraba en la actuación, la emoción y la concentración de quienes participábamos. Cada gesto, cada mirada, cada instante tenía su propio peso, y mi intención al editar estas fotos fue capturar esa intensidad, esa sensación de estar completamente inmerso en el teatro. Así, lo que se ve en las imágenes es más una experiencia interna que una simple representación externa: mi manera de contar cómo se sentía estar allí.


Aunque suelo hacer fotos, en esta ocasión estaba más centrada en lo que estaba viviendo. Mis expectativas no tenían nada que ver; fui allí a buscar, estar y vivir, y terminé experimentando algo distinto, más completo. Esto es lo único que voy a compartir y contar desde mi experiencia, y espero que podamos repetirla.





martes, 11 de noviembre de 2025

II Podcast Intergeneracional en Baños de la Encina Jaén con alumn@s de 1º de ESO del IES Bûry Al-Hamma. Retomar Mis propias cosas


Retomar Mis propias cosas me cuesta. Desde que perdí a mi amiga, me resulta difícil hablar de lo que vivo en primera persona. Mi alegría no es la misma, y durante un tiempo preferí apartar esa parte emocional, escribiendo desde otro blog, con un tono más “periodístico”. No soy periodista ni cronista, pero contaba en plural lo que se hacía, cómo se hacía… como si eso me protegiera un poco.

Aun así, siento que necesito volver a escribir desde mí, desde lo que realmente soy. Por eso quiero compartir esta experiencia en la que participo: mi primer pódcast. Es mi manera de dar el pistoletazo de salida, de volver a contar mis vivencias, tan sencillas como mi humilde vida en uno de los pueblos más bonitos de España.

Hoy siento que vuelvo a abrir una ventana que había cerrado por miedo. No sé si todo será igual que antes, pero sí sé que quiero volver a mirar la vida con mis propios ojos… y contarlo, como siempre, con el corazón.





II Podcast Intergeneracional en Baños de la Encina Jaén con alumn@s de 1º de ESO del IES Bûry Al-Hamma


El pasado 7 de noviembre de 2025 tuve la oportunidad de participar en la segunda edición del Podcast Intergeneracional en Baños de la Encina, una preciosa iniciativa impulsada por la Concejalía de Igualdad, María José Lara, y con la colaboración de la Diputación de Jaén.

 

Fue una experiencia muy especial compartida con alumn@s de 1º de ESO del IES Bûry Al-Hamma y con tres mujeres maravillosas de nuestro pueblo: Mª Josefa La Rubia, Rosa Cofrades y Sonia González y esta que escribe Ana Ortriz.

Juntas compartimos nuestras historias, llenas de esfuerzo, ilusión y empoderamiento, en un encuentro que nos permitió conectar generaciones y reflexionar sobre la importancia de la igualdad, la educación y los valores que nos unen como comunidad.


Quiero agradecer especialmente a María José Lara por impulsar de nuevo este bonito proyecto; a Marisa Arboledas, técnico de Juventud, por su implicación y entusiasmo; a Mari Carmen, de la empresa Activa-T, por su gran trabajo y dedicación; así como a la directora del IES Bûry Al-Hamma y a todo su profesorado, por su colaboración y por hacer posible esta enriquecedora experiencia junto a su alumnado.

Queridos alumnos de 1º de la ESO,
fue un verdadero placer que nos escuchaseis, que participaseis y que hicieseis tantas preguntas. Vuestra curiosidad y entusiasmo nos llenan de esperanza, porque sois vosotros quienes, con vuestra energía y ganas de aprender, construiréis un futuro más justo e igualitario.

A la directora y a todos los profesores: en vuestras manos está la educación y la formación de estas nuevas generaciones. Gracias por enseñarles con dedicación, por fomentar la igualdad y por sembrar en ellos los valores que harán de nuestro mundo un lugar mejor.

El futuro está en buenas manos, y eso nos llena de ilusión.

 

 Fue una jornada llena de emoción, cercanía y aprendizaje 

Encontrarme con estas mujeres, escuchar sus historias y aprender de cada una ha sido un regalo. Una experiencia tan enriquecedora como humana.

 Muy pronto podréis escuchar el podcast completo y revivir con nosotros este encuentro tan inspirador.

Rosa Cofrades, primera mujer concejal en Baños de la Encina, algo que puede llevar a gala con todo orgullo. Gran mujer, buena persona y además amiga. Su ejemplo abrió camino para muchas, demostrando que la valentía y la dedicación no tienen género. Mujeres como ella dejan una huella imborrable en nuestra historia y en nuestro corazón.

Fue muy bonito reunir a distintas generaciones. Mª Josefa La Rubia nuestra querida Dª Pepita, farmacéutica de Baños hasta no hace tanto, es una mujer de su tiempo y del nuestro, bastante empoderada para lo que vivía una mujer de aquella época. Antes no se solía tutear a las personas mayores; el “doña” era algo que se adhería a la persona, y así lo aprendíamos desde pequeños. Yo nunca me habría atrevido a quitarle ese “doña”. Ella disfrutó mucho de la experiencia.

Sonia, como representante de la nueva generación, encuentra hoy menos obstáculos gracias al trabajo y esfuerzo de tantas mujeres que abrieron caminos antes que ella. También es fruto del empeño y dedicación de sus padres, que han apostado por su formación y por su independencia. Es hermoso ver cómo el legado de quienes nos precedieron permite que las nuevas generaciones puedan avanzar con más libertad y confianza.

Mi curriculum 💕Licenciada en el Hogar, por vocación y circunstancias.

Nací en una familia obrera, humilde, donde éramos cinco hermanos. En mi casa nadie preguntaba qué queríamos ser; simplemente se asumía: yo sería una buena mujer de su casa. Y lo fui y lo soy. Me formaron con esmero en el arte del cuidado, la limpieza, la entrega y el silencio.

No fue una imposición, fue lo que tocaba. Aprendí a bordar, a preparar un ajuar… y a ser la primera en levantarse y la última en sentarse.

Mi vida ha sido una carrera sin título, sin sueldo, sin vacaciones ni pensión. Siempre de guardia. Pero con amor, del de verdad, porque así me enseñaron que debía ser. El amor todo lo podía, sin protestar.

Con el tiempo, cuando mis hijos eran menos pequeños, sentí que aún había tiempo para mí. Me acerqué al centro de adultos, donde estudié, conseguí el Graduado Escolar, el título de la ESO y aprendí informática. No fue solo formación, fue recuperar mi voz, mi espacio, mi orgullo.

Hoy, sigo aprendiendo. No me pesa lo vivido, pero sí me duele que tantas mujeres como yo no seamos reconocidas por lo que dimos por la sociedad. 

A los jóvenes les diría:  
No repitáis esta historia.  
Formaros, elegid, repartid.

Ni sabía bien lo que era un podcast, y poder vivir esa experiencia con los alumnos de la ESO fue realmente especial. Compartir vivencias entre generaciones, sentirme escuchada y ver su interés fue muy gratificante. Siempre abierta a lo nuevo, con ganas de aprender, compartir y seguir viviendo cada oportunidad que la vida me ponga delante, allí estaba yo llena de curiosidad.