El otoño ya llegó.
Sí, siento su aliento frío.
Hay dobleces en las mangas,
para dos años dobladillo.
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En el gran babi está escrito,
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En el gran babi está escrito,
con mi nombre en el bolsillo,
con mi cartera en la mano
yo subo hasta el Santo Cristo.
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Ya mi corazón se alegra.
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Ya mi corazón se alegra.
Poneos en fila niños.
¿Adonde vamos? pregunto.
Una excursión a los pinos.
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Unas sombras que se mueven,
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Unas sombras que se mueven,
la sombra del eucalipto.
El mantequero no existe¡
miedo no! Me tranquilizo.
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A la Piedra Escurridera
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A la Piedra Escurridera
llegamos, soy el último.
Enorme y lisa la piedra,
me pregunto quién la hizo.
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Vuelvo, calcetines rojos,
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Vuelvo, calcetines rojos,
culo roto y descosido,
temeroso por la hazaña.
¡Ha sido muy divertido!
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Es inconcebible que siendo de Baños no visitases nunca este lugar. Está a sólo cinco minutos de mi casa caminando sin prisa, ¡otro día que vengas nos acercaremos vale!!
No hace mucho que estuve por allí y regresé apenada por verlo todo en muy mal estado, pero qué sorpresa me llevé hoy al ver como todo lo están limpiando y arreglando.
Como si fuese pequeña comencé a ascender por las piedras. No sé si esta enorme piedra color bermejo había encogido, pero las piedras no merman pensé, yo era la que había cambiado, habían transcurrido cuarenta años; algo dentro de mí me hacía avanzar deprisa hasta lo alto.
Por fin!!!!
Miré hacia abajo y recordé a todas mis compañeras de colegio, parecía que las veía detrás de mí en fila india preparadas para escurrirnos una detrás de otra. Dª Amelia, repetía "Con cuidado, nos os empujéis" Las excursiones de antes eran lo más lejos que te llevaban, en el coche de San Fernando, una cantimplora con agua y no había más, además ni recuerdo que yo la llevase nunca cantimplora.
Tenía que deslizarme por ella

Ahhhhh!!!!!!!!
Todo sigue igual, te pones el culo hecho un eccehomo!!!! pero con la diferencia de que tu misma tienes que lavar la ropa.

Miré hacia abajo y recordé a todas mis compañeras de colegio, parecía que las veía detrás de mí en fila india preparadas para escurrirnos una detrás de otra. Dª Amelia, repetía "Con cuidado, nos os empujéis" Las excursiones de antes eran lo más lejos que te llevaban, en el coche de San Fernando, una cantimplora con agua y no había más, además ni recuerdo que yo la llevase nunca cantimplora.
Quizás se quedasen esos años en el recorrido, y al llegar abajo tuviésemos que volver al cole porque eran casi las cinco.
Ahhhhh!!!!!!!!
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Volveremos cuando todo esté terminado, hay bancos y mesas y no sé si pondrán árboles o qué..JPG)