TÚ SABES
Tú sabes que no es fácil
escribir versos.
Sabes que no es sencillo
apuntalar con sueños
Insomnio y madrugada,
mujer de beso
Insomnio y madrugada,
mujer de beso
y tierna huella
que dejas en mi mesa
la fragancia melancólica
la fragancia melancólica
de un cuenco terso
repleto de jazmines
al lado del reloj.
.
Te diré algo.
Te diré
que me parecen
pequeñas estrellas,
Te diré
que me parecen
pequeñas estrellas,
estrellas inéditas,
aprendices de estrellas
recién arrancadas
a la noche estival.
aprendices de estrellas
recién arrancadas
a la noche estival.
.
La noche es para el sueño.
mis noches son
para la poesía.
Seguirá
habiendo versos
si sigues
poniendo en mi mesa
estrellas
apenas nacidas.
.
Si sigues
llevando a mis noches
amor
y nostalgia
de leve
huidizo
desnudo
jazmín.
.
ESA TRISTEZA
.
Esa tristeza desolada y larga,
ese cuerpo cuajado de amarillas lunas
al filo suspendido de la tarde
apenas realizada.
Tristeza detenida que contrae
en caricia tenue y quieta
al cuerpo, al gesto, a la mirada turbia
echada y penetrada por la falsa maravilla
de un ocaso sin sangre apenas
y de pájaros
vacíos de música y de nidos.
.
Cuerpo el tuyo de ojos y de labios
y manos, inexplicablemente plenos de día,
delgados, huidizos, ingrávidos
y enfebrecidos por la noche
cansada ya de soles.
.
Quiero saber por qué a esa hora
el corazón se ve cuajado en súplica.
No es roca, ni siquiera es víscera,
Sólo lágrima, rumor generoso y súbito,
tendida ala que planea,
mano que acaricia,
ardiente piel en catarata.
.
Tristeza o noche, qué más da.
Ese batir de arpas que acarician
susurrando besos, calor de piel
y presencia temblorosa
que jamás llega
porque no se abraza
porque no hay cintura
y todo es inalcanzable,
todo imposible.
.
La mirada no es más que sombras.
La palabra, sólo un débil
molino de silencio
y el brazo se hace
una lengua de arenas infinitas
sin mares y sin vientos.
Esa tristeza desolada y larga,
ese cuerpo cuajado de amarillas lunas
al filo suspendido de la tarde
apenas realizada.
Tristeza detenida que contrae
en caricia tenue y quieta
al cuerpo, al gesto, a la mirada turbia
echada y penetrada por la falsa maravilla
de un ocaso sin sangre apenas
y de pájaros
vacíos de música y de nidos.
.
Cuerpo el tuyo de ojos y de labios
y manos, inexplicablemente plenos de día,
delgados, huidizos, ingrávidos
y enfebrecidos por la noche
cansada ya de soles.
.
Quiero saber por qué a esa hora
el corazón se ve cuajado en súplica.
No es roca, ni siquiera es víscera,
Sólo lágrima, rumor generoso y súbito,
tendida ala que planea,
mano que acaricia,
ardiente piel en catarata.
.
Tristeza o noche, qué más da.
Ese batir de arpas que acarician
susurrando besos, calor de piel
y presencia temblorosa
que jamás llega
porque no se abraza
porque no hay cintura
y todo es inalcanzable,
todo imposible.
.
La mirada no es más que sombras.
La palabra, sólo un débil
molino de silencio
y el brazo se hace
una lengua de arenas infinitas
sin mares y sin vientos.
Antonio Bocanegra.
El autor de este libro irrumpe en el mundo de la poesía con decisión y fuerza.
Nacido en Ronda (Málaga) Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense, Doctor en Filología por la de Cádiz, Universidad en la que se jubiló como Profesor Titular
Casado con una bañusca Dª Agustina Valle Tendero.
.
Me lo presentaron el 13 de marzo de 2010, gracias Enci Valle, sabías las ganas que tenía de conocerlo. Hacía tiempo que me había regalado este libro de poemas de su cuñado, sabiendo que me gusta la poesía.
1 comentario:
Preciosos poemas los de A. Bocanegra. Mis felicitaciones. Marisú
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