sábado, 12 de septiembre de 2009

HOY EN DÍA NO TENEMOS COFRADÍA DE SAN MATEO EN BAÑOS DE LA ENCINA

Cofradía de San Mateo.
Una imagen, una cofradía con una historia ya olvidada. En la Fiesta de los Esclavos, el 21 de septiembre conmemoramos el día de San Mateo. Siendo éste el titular de la parroquia no es un santo muy venerado hoy en Baños, carece de cofradía, muchos desconocen incluso que existió en otro tiempo no tan lejano.
Yo conocía parte de la historia de esta cofradía por mi madre, la escuché sin darle demasiada importancia ¡podía haber preguntado directamente tantos detalles! Con el tiempo te haces mayor y empiezas a recordar, ves como las tradiciones desaparecen sin que nadie las recuerde. Pensé en preguntar y atar cabos sobre esta Cofradía, encontré algunos hermanos, ellos me contaron lo que recordaban, me cedieron fotografías y conseguí hilvanar un poco la historia.

En septiembre de 2008, el párroco D. Manuel Casado Huertas insinúa que la procesión de San Mateo no saldrá ya que ¡comenta! No asistió mucha gente el año anterior y no tiene sentido sacar una imagen en procesión si no tiene la aceptación y devoción de los fieles. Esto me dejó desconcertada la historia se repetía... Se comenta en el foro de Baños que se puede perder nuevamente esta procesión y se forma un gran revuelo, la gente opina que no deben quitase tradiciones. Creo, y es mi opinión personal, que esto hizo que recapacitase nuestro párroco y finalmente salió la imagen en procesión.

Muchos bañuscos dijeron SÍ con su presencia. Una mujer muy especial acompañó ese día a San Mateo, ella y sus hijas dieron su apoyo asistiendo a la celebración de la Eucaristía y a la procesión, para que no desapareciera. Mis amigas conociendo mi devoción por San Mateo todas estaban allí ese día. Gracias
Sé que la historia se puede repetir y esta procesión desaparecerá el año que no haya gente para sacar la imagen, ni acompañarla. La historia se puede volver a repetir... yo sé que no soy nadie para evitarlo, sólo la nieta de Pedro.
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25 julio 2008


En Homenaje a mi abuelo D. Pedro Rodríguez López "El Pintao"
Corría el año de nuestro Señor de 1.225, era el día 21 de septiembre, y como era costumbre en el Rey Santo Don Fernando III, cada población que conquistaba era incorporada a la Corona de Castilla, dedicando las nuevas iglesias de esas poblaciones a la festividad que coincidía con el día de su entrada. Ese 21 de septiembre se celebraba la festividad de San Mateo y San Mateo se convirtió en el titular de la parroquia de Baños.

San Mateo era recaudador de impuestos, pero abandonó ese oficio no muy bien visto en esa época, para seguir a Jesús y predicar su Evangelio.
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ANTIGUA COFRADÍA DE SAN MATEO
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San Mateo tuvo su cofradía. De esta cofradía hay noticias desde el siglo XVII, porque una señora deja una manda en su testamento para, que del fruto de unas olivas, se use para esta Cofradía.
Pedro Rodríguez López “El Pintao” desde niño fue cofrade y hasta el año 1.965 hermano honorario de dicha Cofradía. Como tal, su cometido consistía en organizar reuniones, realizar compras (velas, flores…) restaurar las banderas cuando se estropeaban: una era roja, muy antigua, y otra de color azul más nueva y que fue bordada por las mojas. Como menester no menos importante, Pedro solía pedir donativos en los grandes cortijos con el fin de recaudar algunas pesetas y sufragar así en parte los gastos que tenía la Cofradía, ya que como era fácil de adivinar las aportaciones de las cuotas de los hermanos resultaban en esos tiempos insuficientes. La entrega, la devoción que Pedro Rodríguez sentía por San Mateo era tal, que incluso en Semana Santa llamaba a los cofrades y a los portadores de uno en uno, si era necesario, para que no se durmieran en la madrugada del Viernes Santo.
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Al igual que ocurre hoy en día, en la Cofradía se llevaba a cabo cada año la “muda del arca”, que consistía igualmente en el traslado del arca a casa del nuevo hermano mayor.
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En Semana Santa los penitentes iban vestidos con túnica morada, capirote y con cíngulo y borlones dorados. Francisco Sabariego Barragán, uno de los antiguos hermanos de la hoy en día desaparecida Cofradía y que aún vive, cuenta que se vistió de penitente por última vez en el año 1.959, que después se fue de Baños y nunca más volvió a vestirse, pero que todavía conserva su apreciada y querida túnica. Otro hermano, Diego Muñoz-Cobo, cuenta que en 1948 o 49, con 4 ó 5 años, en época de D. Manuel Álvarez Tendero, fue Hermano Mayor y recuerda tener el arca en casa de sus padres, en la plaza, y salir ese y otros años en las procesiones y cómo para ese año le tuvieron que hacer un cetro a su medida. Luego se tuvo que ir fuera a estudiar y ya fueron un montón de años sin poder venir a Baños. Su hermano Luís, hermano del Santísimo, murió en 1957, con 17 años En su entierro, el día 6 de abril, Pedro sacó las banderas de San Mateo y las colocó en la fachada de la casa y acompañaron el entierro hasta la esquina de los Molinos, que se despedía el duelo.

En la foto se ve a Pedro abajo a la derecha y a unos chiquillos que le llevan la bandera
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Las banderas de San Mateo siempre iban presidiendo las procesiones y su imagen era la primera en salir.El Viernes Santo, en el Desenclavamiento, cuando se elevaba al Señor, Pedro Rodríguez inclinaba las banderas en reverencia, en la procesión que seguía a continuación se doblaban en señal de duelo.
El Domingo de Resurrección, las banderas salían nuevamente a la calle, no así la imagen, y en El Carril se colocaban justo donde debían de juntarse las imágenes de la Virgen y de Cristo Resucitado en el anhelado y vitoreado “Abrazo”.

Fiesta de los Esclavos. La imagen de la Virgen de la Encina era trasladada a Baños el día 8 de septiembre para su novena y posteriormente el 18 La Salve y salir en procesión el día 19, esto era así ya que todo el año permanecía la Virgen en su Santuario. El 21 de septiembre, (San Mateo) se celegbraba la Fiesta al titular de la parroquia y procesión, después de recorrer nuestras calles San Mateo, la Virgen de la Encina era llevada a su Santuario, en este trayecto iba acompañada de la imagen de San Mateo hasta llegar a San Marcos, un vez “despedido” de su Señora, volvía el Santo a su parroquia (Esto era en la mañana, ya que estas fiestas religiosas de Los Esclavos antes se hacían todas por la mañana).Finalmente la banda de música terminaba su trabajo acompañando a Pedro a su casa, donde todos los presentes eran invitados generosamente mientras se organizaba un pequeño baile.
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IMAGEN DE SAN MATEO

La imagen con el transcurso del tiempo amén de otras circunstancias se había deteriorado mucho.
Su salida en procesión se veía a todas luces imposible: la temida decisión de no volver a ver a San Mateo por las calles de Baños no tardo en producirse.
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La Cofradía se sumió en el desánimo. Estrechos colaboradores como el tesorero Don Diego Briones MarínezMichelín” el practicante, Jerónima, esposa de Pedro Rodríguez, y otros, habían fallecido, por tanto su desaparición era inminente, a pesar del esfuerzo de Pedro. Su amor por la Cofradía, el conservar el arca en su casa y tantos recuerdos, no fueron suficientes. Finalmente la Cofradía de San Mateo desaparecía. Como recordatorio del esplendor de lo que un día fue, a partir de ahora en las procesiones, solo saldrían sus banderas.
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Pedro cercano ya a los ochenta años y afectado por una grave enfermedad, nunca asumió que su Santo, su Cofradía, quedaran en el olvido. ¿Qué hacer entonces? Por más vueltas que le daba siempre bullía en su cabeza la misma idea, una y otra vez: “Con una nueva imagen de San Mateo la Cofradía podría resurgir”.
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Con el ímpetu de un joven, contactó con un escultor, Don Damián Rodríguez Callejón (de Jaén), vieron imágenes valoraron presupuestos… En pocos días ya estaba otra vez pateando las calles de Baños pidiendo de casa en casa, visitando los cortijos que en otro tiempo tanto le habían ayudado.
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Rememorar la anécdota que aún produce una emotiva sonrisa a Antonio Maderas, entonces novio de la sobrina de Pedro, Esperanza (hija de Mariano y Ana “La Tonta”. Cuenta que él estaba en Baños para las fiestas y traía consigo veinte duros para convidar a su novia, cuando Pedro le pidió para el Santo, éste le entregó los veinte duros esperando la vuelta; pero tan contento se puso Pedro que le dio las gracias entusiasmado con aquel donativo tan generoso y se marchó, dejando al joven desconcertado y sin decir palabra.
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La respuesta de la gente fue tal que la adquisición de la nueva imagen no tardó en producirse, y todo gracias a la generosidad de los hombres y mujeres del pueblo. Siempre recordó ese episodio de su vida con el sentimiento profundo de agradecimiento, de admiración, incluso de orgullo.
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Pedro empeoró. Cuando trajeron la nueva imagen ya estaba postrado en cama. El párroco D. Rafael Valdivia Castro tuvo un gran detalle con Pedro, le llevó la imagen a su casa. Allí permaneció en su habitación hasta el día de su fallecimiento el 9 de diciembre de 1.965, cuando contaba con ochenta años de edad. Su familia hizo realidad su último deseo: ser amortajado con su querida túnica morada.Con él murió la Cofradía. Nadie se preocupó de todos los objetos y pertenencias que la representaban, sólo la imagen, y después de insistir mucho, fue trasladada a la iglesia que llevaba su nombre. Recordaba Ana Pepa, su hija, que muchos años después alguien le pidió el gallardete y las banderas. El resto de objetos y utensilios quedaron arrumbados en forma de olvido en una olvidada habitación. Es triste recordarlo y más aún decirlo ahora, pero nunca nadie se interesó por lo que había. Aunque ahora que recuerdo, sólo un ¡listo! Ya avanzados los años noventa le pidió a Ana Pepa el arca de la Cofradía quien, como nadie la quiso nuca, se la entregó.
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La imagen no fue tenida en cuenta por carecer de valor la talla y, una vez trasladada a la sacristía de la iglesia, permaneció en ella sin que nadie reparara en la misma. Ana Pepa, que nunca había olvidado a San Mateo, un día se dirigió al párroco de entonces Don Domingo García, para recriminarle no sólo el ostracismo al que estaba siendo sometida la imagen sino también el hecho de que no se le otorgara al titular de la iglesia el sitio que merecía. La respuesta del párroco resulto inesperada e incomprensible: “no era lo suficientemente antigua y no tenía ningún valor”. La respuesta de la mujer, sofocando el enojo que sentía, le salió de lo más profundo: “El valor de todas las cosas lo da el esfuerzo y el amor que se ha puesto en conseguirlas, y le puedo asegurar que a esta imagen de San Mateo, el esfuerzo y el amor que tantas personas entregaron para traerla, le dan un valor que usted nunca se podrá imaginar”. Las palabras de Ana Pepa debieron producir en el sacerdote una profunda reflexión, puesto que al poco tiempo San Mateo fue colocado en la iglesia en un pie de formica también moderno como la talla. El 21 de septiembre del año 1.991 la nueva imagen de San Mateo volvió a salir en procesión por las calles de Baños en las andas de la Virgen de la Encina, con sus flores y con su música, gasto que sufragaron las cuatro cofradías y la parroquia. Cuando se iba a emprender el arreglo del tejado de la iglesia, el párroco Don Juan Jesús Cañete me pidió que guardase la imagen de San Mateo en mi casa, hecho que me sorprendió y a la vez me produjo una profunda emoción: tenía tres años cuando murió mi abuelo Pedro Rodríguez López, y mi madre Ana Pepa, me contó un sinfín de anécdotas de mis abuelos, entre ellas la historia de amor que mi abuelo sentía por San Mateo, lo que motivó el hecho de que sin conocerlos sienta por ellos una profunda admiración.Durante dos años permaneció en mi casa y esa devoción que mi familia sintió siempre por el Santo me fue transmitida: todos los días le rezaba, besaba su manto y acudía a Él cuando lo necesitaba.
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Cuando por fin las obras que se realizaron en la parroquia culminaron y nuevamente se produjo su apertura con una solemne inauguración, y allí estaba, la imagen de nuestro San Mateo colocado en su mesa sobre un paño de altar (que no tenía) ante la vista de todos.
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Al verlo no lo dudé ni un instante y pesé en confeccionarle un paño de altar que fuese suyo. Así en los Esclavos del año 2.006 Don Juan Jesús lo bendijo en la sacristía, y embargada de una gran emoción se lo coloqué. Fue como si se lo debiese a mi abuelo.

Sirva ésto de homenaje a un hombre de gran fe, a los hombres y mujeres que siempre han sabido que una cofradía no es sólo una imagen, sino quien la porta y la venera. Una cofradía es la común unión de todos sus hermanos.
(A.O.R)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien puesto donde tuvo que estar este magnifico trabajo desde siempre.

Encarna dijo...

Gracias Ani, hay historias que deben saberse y no quedar en el recuerdo de unos pocos, yo no sabía esta historia, ahora que la sé cuando vea la imagen de San Mateo recordaré la perseverancia de tu abuelo, la de tu madre para que no quedase en el olvido algo por lo que había luchado tanto su padre.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Me ha encantado volver a leer, quizás el resumen o la historia verdadera de San Mateo y su desaparecida, tanto tiempo ya, Cofradía, como hermano que fui. Nunca pude saber el porque de su desaparición y de su "poca estima" al Santo, titular de la Parroquia, que ni se recuerda, como he visto en otras, en la Santa Misa.
Esta en la fachada en piedra, en la Cruz parroquial en un medallon en la parte posterior, en las pechinas de la bóveda, con los otros evangelistas, y desde 1960, en el retablo mayor, en el centro de Santa Ana y San Joaquin.
Hay que recordar que este 21 de septiembre de 2012, día de San Mateo, se cumplirán 787 años de la conquista de Baños por Fernando III El Santo y de su incorporación a la Corona de Castilla.